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21 marzo 2013

El Papa Francisco no delató a los curas Yorio y Jalics

Pienso que estas declaraciones escritas en esta nota (http://www.jesuiten.org/aktuelles/details/article/erganzende-erklarung-von-pater-franz-jalics-sj.html) por el  Padre Franz Jalics dejan en el piso las acusaciones contra el actual Papa de la iglesia Católica, esas que decían que habría delatado a los curas jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en tiempos de la dictadura Argentina de Videla, cuando el actual Papa era entonces Provincial de la orden jesuita en Buenos Aires. A  continuación la segunda nota escrita por el  Padre Franz Jalics (las que están en negritas son las partes más importantes para mí).
Desde mi declaración de 15 de Marzo de este año recibí un montón de preguntas, así que me gustaría añadir lo siguiente. Me siento casi obligado a ello, porque algunos comentarios denotan  lo contrario de lo que quería decir.

Estos son los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por Bergoglio Padre.

Como ya he dejado claro en mi declaración anterior, que han sido arrestados por un catequista, que trabajó con nosotros primero, y más tarde entró en la guerrilla (debido a un error de traducción, fue en la declaración anterior, un hombre llamado). Tres cuartas partes de los años no hemos visto. Dos o tres días después de su detención, y luego fuimos arrestados. El oficial, que me interrogaron, me pidió los documentos. Cuando vio que yo había nacido en Budapest, él pensaba que yo era una espía ruso.

En la provincia argentina de jesuitas y en los círculos de la iglesia en los años antes de que la información falsa se ha difundido que se movían los barrios pobres, porque nosotros mismos pertenecen a la guerrilla. Pero ese no fue el caso. Mi suposición es que estos son rumores, pero la razón por la que hemos sido liberados de inmediato.

Antes creía que habíamos sido víctimas de una denuncia. A finales de los 90, tras varias conversaciones, llegué a la conclusión de que esas suposiciones eran infundadas.

Por tanto, es erróneo afirmar que nuestra captura se realiza por iniciativa del Padre Bergoglio.

-----FIN-----

Nota:  Me disculparán, pero lo traduje (del alemán al español) sólo con el traductor google, por cuestiones de tiempo.

16 marzo 2013

La nota del cura Jalics sobre su secuestro


En esta semana que se extingue, la chimenea más vista y visitada del mundo fue la del Vaticano, que al final el humo blanco que expulsaba esa chimenea significó para los católicos tener un nuevo Papa, y para sorpresa de todos no fue Italiano ni Brasileño (como algunos expertos vaticinaban), sino, un Argentino, un Papa latinoamericano (por primera vez en la historia), un arzobispo llamado Jorge Mario Bergoglio, que acaba de adoptar el nombre de Papa Francisco, en homenaje al 'santo pobre', San Francisco de Asís, y al 'santo misionero', el destacado miembro de la Compañía de Jesús, San Francisco Javier.

Bueno, el nombre adoptado le cae como anillo al dedo, ya que según cuentan los que lo conocen, es una persona austera que viaja en autobús, que vive en un pequeño departamento y que incluso prepara sus propios alimentos. Pero hay un tema que ha tratado de ensombrecer su nombramiento: que habría delatado a los curas jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en tiempos de la dictadura de  Jorge Rafael Videla entre 1976 y 1981 (lee aquí la acusación y cómo se defiende el actual Papa). De los dos curas (Orlando Yorio y Francisco Jalics), en la actualidad sólo uno vive (Francisco Jalics), y ha escrito una nota en alemán (http://www.jesuiten.org/aktuelles/details/article/erklarung-von-pater-franz-jalics-sj.html) sobre su secuestro durante la dictadura argentina, que a continuación te lo dejaré traducido para que saques tus propias conclusiones:




Viví en Buenos Aires a partir de 1957. En el año 1974, movido por el deseo interior de vivir el Evangelio y de llamar la atención sobre la espantosa pobreza, con los permisos del arzobispo Aramburu y del entonces provincial Jorge Mario Bergoglio, me mudé junto a un hermano de la orden a una ‘favela’, un barrio miseria de la ciudad. Desde allí continuamos dando clase en la universidad.

En la situación de entonces, análoga a la guerra civil, la Junta Militar mató a unas 30.000 personas, guerrilleros de izquierda o civiles inocentes. Los dos de la villa de emergencia no manteníamos contacto ni con la Junta ni con los guerrilleros. Debido a la escasez de información de entonces y también por culpa de informaciones deliberadamente falsas, nuestra situación fue malinterpretada, también dentro de la Iglesia. En aquel tiempo perdimos el contacto con uno de nuestros colaboradores laicos que se sumó a las guerrillas.  Cuando fue hecho prisionero e interrogado por los soldados de la junta nueve meses más tarde, éstos se enteraron de que tuvo relación con nosotros. Pensando que también teníamos algo que ver con la guerrilla, nos detuvieron. El oficial que dirigió los cinco días de interrogatorios nos dejó con las palabras: “Padres, no han sido culpables y me aseguraré de que puedan regresar a su barrio pobre”. A pesar de esta promesa y de forma para nosotros inexplicable, nos mantuvieron en prisión durante cinco meses, atados y con los ojos vendados. No puedo pronunciarme sobre el papel del padre Bergoglio en aquellos hechos.

Tras nuestra liberación abandoné Argentina. Sólo años más tarde tuve oportunidad de hablar sobre los sucesos con el padre Bergoglio, que para entonces ya era arzobispo de Buenos Aires. Después oficiamos juntos una misa abierta y nos abrazamos de forma solemne. Yo me he reconciliado con los hechos y, por mi parte, los doy por cerrados.

Le deseo al papa Francisco la bendición abundante de Dios para su cargo.

---FIN---



Nota: Según su biografía oficial online, Jalics padre fue candidato a un oficial en Alemania en 1944 cuando, a la edad de 17 años, tuvo una experiencia religiosa profunda durante el bombardeo de Nuremberg. Volvió a Hungría, de acuerdo con la biografía, pero se vio obligado a abandonar "bajo la presión del gobierno comunista". Continuó sus estudios en Alemania, Chile y Argentina.
 Jalics padre es un autor y da ejercicios espirituales en los retiros en Alemania y en el extranjero. Actualmente se encuentra en un retiro espiritual en Hungría y no pudieron ser contactados directamente.

21 febrero 2013

El Catolicismo crece

He encontrado muy interesante este artículo que habla del Catolicismo, mostrando números que me han dejado helado. Porque si bien no soy católico sí paso -porque es mí ruta- por algunas iglesias de mi ciudad y por lo regular las veo algo vacías, a diferencia de años anteriores que rebosaban de fieles los domingos. El artículo, que pertenece a Lluís Bassets, despeja algunas de mis dudas, que son: ¿A crecido o a bajado la cantidad de seguidores del Catolicismo?, ¿En qué continente, ahora, se encuentra la mayor cantidad de Católicos?, ¿qué país cuenta con más católicos?, ¿Dónde crece más rápidamente, en este momento, la población católica (continente y país)? ¿Cuántos serán los Cardenales que votarán para elegir al nuevo Papa?... También nos habla de lo poco globalizada que se encuentra la iglesia católica en cuanto a sus estructuras jerárquicas, tanto así que en la primera región católica del mundo (Latinoamérica) cuenta con tan solo 11 electores, once votos de cardenales para elegir al próximo Papa, mientras que Europa con 53 votos. Todo eso y algo más podrás encontrar en este artículo, titulado: La religión más global.

Benedicto XVI anunció su renuncia el 11 de febrero y, dos días después, una de las mejores instituciones dedicadas a la sociología de la religión, el estadounidense Pew Forum on Religion and Public Life, dio a conocer un estudio sobre el catolicismo en el mundo del que se deduce una conclusión: la Iglesia católica se halla en un momento pletórico en cuanto a número de seguidores, es más universal que nunca antes en su historia y además es la más universal de todas religiones, la más católica.

En el último siglo, el catolicismo ha multiplicado por tres el número de los fieles, desde 290 millones en 1910 hasta 1.100 millones en 2010, y ha mantenido su proporción de la población mundial, a pesar de la explosión demográfica que ha afectado a zonas del planeta donde no tenía arraigo, principalmente el llamado Tercer Mundo, hoy países emergentes, lo que significa que la mitad de los cristianos siguen siendo católicos y que lo son también una sexta parte de los habitantes del planeta.

La única creencia que supera al catolicismo, pero no a los 2.200 millones con que cuenta el cristianismo en su conjunto, es el islam con sus 1.600 millones de seguidores, con independencia de sus numerosas sectas, divisiones y escuelas; aunque hay una diferencia sustancial: los cristianos católicos se encuentran repartidos por todo el planeta mientras que el islam está concentrado en Asia, Magreb y Oriente Próximo, estas dos últimas regiones las únicas donde la población cristiana está en declive.

La globalización afecta a todas las religiones, pero ninguna creencia está tan globalizada como el catolicismo, según las cifras del Pew. También lo está el cristianismo, dividido en numerosas confesiones y creencias, pero el peso del catolicismo y su organización jerárquica, con una cabeza con visibilidad mundial, le sitúan en una posición privilegiada para actuar como agente global en un mundo multipolar y emergente como el nuestro.

Hace un siglo el 65% de los católicos eran europeos, ahora es en América donde está la mayor parte de los católicos del mundo, el 47% en total, de los que un 39% se concentra en Latinoamérica. Brasil es la primera potencia católica mundial. Donde crece más rápidamente la población católica es en el África subsahariana, donde eran un millón hace un siglo y son 171 millones ahora.

Si el catolicismo realmente existente está globalizado, no lo están sus estructuras jerárquicas y ni siquiera sus mermadas huestes de presbíteros y religiosos de ambos sexos. El 47% de los curas están en Europa, solo el 30% en las dos Américas y un 21,9% en Asia y África, según el Anuario Estadístico de la Iglesia de 2010. Más desproporcionado y políticamente significativo es el reparto de los cardenales, puesto que serán ellos los que escogerán en el cónclave al próximo papa.

La primera región católica del mundo cuenta con 11 electores si se incluye Latinoamérica y 19 si se incluye Estados Unidos y Canadá; mientras que Europa tendrá 53, es decir, el 44% del colegio cardenalicio, a pesar de su peso decreciente en el catolicismo mundial. Lo mismo cabe decir de Italia, con sus 21 cardenales electores, cuando representa el 4,6% de la población católica mundial. Situado en el paisaje en transformación del mundo global, Benedicto XVI ha sido un Papa torpe, impolítico, con escaso carisma y reducidas capacidades diplomáticas, atareado y ensimismado en su personalidad de académico y teólogo y sin habilidad alguna para hacer notar su peso internacional ni siquiera cuando sus seguidores sufren persecución e incluso muerte en manos del terrorismo, como sucede en Nigeria o Pakistán.

La decisión que marcará su papado, sin embargo, es precisamente la de irse en las condiciones en que lo ha hecho, en el momento en que la Iglesia tiene ante sí unos retos que no se pueden afrontar con una personalidad tan débil en su cabeza y cuando necesitaba un nuevo gesto modernizador, que la situara a la altura de las instituciones que quieren jugar en el tablero global multipolar. La renuncia es este gesto, que viene a completar la modernización del proceso electoral emprendida ya por Pablo VI al fijar en 120 el número máximo de cardenales electores y establecer en 80 años el límite de edad. Benedicto XVI, con sus 85 años, adopta la jubilación como una decisión normal cuando el titular no se siente con fuerzas para seguir comandando la institución. No hay duda de que establece un poderoso antecedente.

El siguiente paso está ahora en manos de los 117 cardenales, que se hallarán en una situación con muchas analogías políticas: quienes más tienen que perder con el cambio son los únicos que pueden emprender el camino del cambio. Será así si saben encontrar al hombre que comprenda los retos del mundo global y utilizar las formidables palancas con que cuenta el catolicismo, religión emergente en cuanto a los creyentes, aunque en abierto declive si se tiene en cuenta a quienes la dirigen.